COLOSENSES: LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS COLOSENSES
INTRODUCCIÓN
La información que actualmente poseemos de la ciudad de Colosas es escasa. Sabemos que se alzaba sobre las márgenes del río Lico, afluente del Meandro, a unos 175 km al este de Efeso; y que, desde el punto de vista administrativo, pertenecía a la provincia romana de Asia. Hubo una época en que gozó de cierto prestigio comercial, pero a partir del año 61 d.C., después de un violento terremoto, entró en tal proceso de decadencia que pronto llegó a su casi total desaparición. Tampoco se tienen muchas noticias de la iglesia colosense, que a Pablo le era personalmente desconocida en las fechas en que escribía esta epístola (1.4; 2.1). Un par de veces había pasado por la región de Frigia (Hch. 16.6; 18.23), pero sin visitar la ciudad. La predicación del evangelio en aquella zona de Asia Menor había sido confiada a Epafras, residente en Colosas (4.12) y quizá fundador de la iglesia. A él se refiere el apóstol con claro afecto, llamándolo «consiervo amado» (1.7; cf. Flm. 23) y relacionándolo con las comunidades cristianas de otras dos ciudades: Laodicea, donde posiblemente la iglesia llegó a tener cierta importancia, y Hierápolis (2.1; 4.13,15-16; cf. Ap. 1.11; 3.14-22). Los creyentes que se reunían en Colosas constituían un grupo principalmente de procedencia gentil, compuesto por personas que, en su mayoría, si no en su totalidad, habían profesado antes alguna forma de culto pagano. |
Por Bible Project
|
Iglesia Bíblica de la Gracia Puebla
Horarios: Domingo 11:00 am Todos los derechos reservados |