IGLESIA BIBLICA DE LA GRACIA - PUEBLA
LA MEMBRESÍA EN LA IGLESIA
La membresía dentro de una iglesia es un tema de responsabilidad tanto para los discípulos como para los ancianos. No sólo es un tema de recibir, sino también de darse por los demás.
Hoy en día, por falta de entendimiento en este tema, vemos como los ancianos no ejercen su responsabilidad, pero también vemos como la gente cambia de iglesia en cualquier momento sin someterse al cuidado de los ancianos y sin comprometerse también con el grupo de creyentes de esa iglesia.
Unirse a una iglesia de manera formal es una responsabilidad y un compromiso del creyente hacia el cuerpo de Cristo, y no hacerlo refleja una falta de entendimiento y el incumplimiento de este compromiso. Además que aparta al creyente de las bendiciones y oportunidades que surgen de este compromiso.
La Definición de la Membresía en la Iglesia
Cuando un individuo es salvado, se vuelve miembro del cuerpo de Cristo.
1 Corintios 12.13 (RVR60) — 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
Por la unión que hay con Cristo y la unión con el cuerpo, el creyente está calificado para volverse miembro de una expresión local de ese cuerpo.
Volverse miembro de una iglesia, tiene varios propósitos:
- comprometerse formalmente con un cuerpo local de creyentes
- que se puedan identificar,
- que se han unido con propósitos específicos,
- divinamente ordenados.
Estos propósitos incluyen:
- recibir instrucción de la Palabra de Dios (1 Ti. 4:13; 2 Ti. 4:2), 1 Timoteo 4.13 (RVR60) — 13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
- servir y edificarse unos a otros mediante el uso apropiado de dones espirituales (Ro. 12:3-8; 1 Co. 12:4-31; 1 P. 4:10-11
Romanos 12.3–8 (RVR60) — 3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
1 Pedro 4.10–11 (RVR60) — 10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
- participar en las ordenanzas (Lucas 22:19; Hechos 2:38-42),
Cena del Señor
Lucas 22.19 (RVR60) — 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
Bautismo
Hechos de los Apóstoles 2.38–42 (RVR60) — 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. 41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
- esparcir el evangelio a aquellos que están perdidos (Mt. 28:18-20).
Además, cuando uno se vuelve miembro de una iglesia, se somete a sí mismo al cuidado y la autoridad de los ancianos bíblicamente calificados que Dios ha colocado en esa asamblea.
La Base para la membresía en la iglesia
No hay un mandato explícito a unirse a una iglesia local, sin embargo encontramos una base a lo largo del NT en 4 aspectos:
El ejemplo de la iglesia primitiva
El venir a Cristo era venir a la iglesia. Creían, eran bautizados y asistían a la iglesia.
Hechos de los Apóstoles 2.41 (RVR60) — 41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Hechos de los Apóstoles 2.47 (RVR60) — 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Hechos de los Apóstoles 16.5 (RVR60) — 5 Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.
Más que simplemente vivir un compromiso privado con Cristo, esto quería decir unirse formalmente con los otros creyentes en una asamblea local y dedicarse a sí mismos a la enseñanza de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan, y la oración.
Las epístolas del Nuevo Testamento fueron escritas a iglesias. En el caso de las pocas escritas a individuos — tales como Filemón, Timoteo y Tito—estos individuos eran líderes en iglesias. Las epístolas del Nuevo Testamento demuestran que el Señor daba por sentado que los creyentes estuvieran en asambleas que se congregaban, no aislados de la asamblea local.
En el Nuevo Testamento también hay evidencia de que tal como había una lista de viudas que eran candidatas para apoyo financiero.
1 Timoteo 5.9 (RVR60) — 9 Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido,
También pudo haber habido una lista de miembros que creció conforme había personas que se salvaban (cf.Hechos 2:41, 47; 5:14; 16:5).
De hecho, cuando un creyente partía de una ciudad dada a otra, la iglesia en la ciudad que estaba dejando frecuentemente escribía una carta de recomendación a la iglesia en la que ahora se volvería un nuevo miembro (Hechos 18:27; Ro. 16:1; Col. 4:10; cf. 2 Co. 3:1-2).
Hechos de los Apóstoles 18.27 (RVR60) — 27 Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído;
En el libro de Hechos, gran parte de la terminología encaja únicamente con el concepto de membresía formal en la iglesia. Frases tales como “toda la multitud” (6:5), “la iglesia que estaba en Jerusalén” (8:1), “los discípulos” en Jerusalén (9:26), “en cada iglesia” (14:23), ”los ancianos de la iglesia” en Efeso (20:17), señalan algún tipo de membresía reconocible en la iglesia con límites claramente delineados (vea también 1 Co. 5:4; 14:23; y He. 10:25).
Hebreos 10.25 (RVR60) — 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
La existencia del gobierno de la iglesia
El patrón consistente a lo largo del Nuevo Testamento es que cada cuerpo local de creyentes debe ser supervisado por una pluralidad de ancianos.
Los deberes específicos dados a estos ancianos presuponen un grupo claramente definido de miembros en la iglesia que están bajo su cuidado.
El gobierno de la iglesia está en responsabilidad de hombres piadosos y responsables para pastorear al pueblo de Dios.
Hechos de los Apóstoles 20.28 (RVR60) — 28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. (1 P. 5:2)
- Además: trabajar diligentemente entre ellos (1 Ts. 5:12),
- guiarlos (1 Ts. 5:12; 1 Ti. 5:17),
- y velar por sus almas (He. 13:17).
Hebreos 13.17 (RVR60) — 17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
La Escritura también enseña que los ancianos darán cuenta a Dios por los individuos encomendados a su cargo (He. 13:17; 1 P. 5:3).
Estas responsabilidades requieren que haya una membresía que se puede distinguir, que sea comprendida mutuamente en la iglesia local.
Los ancianos pueden pastorear a las personas que constituyen el rebaño y dar cuenta a Dios por su bienestar espiritual sólo si saben quienes son; los ancianos pueden proveer supervisión sólo si saben exactamente por quienes son responsables; y pueden cumplir su deber de pastorear el rebaño sólo si saben quién es parte del rebaño y quién no lo es.
Los ancianos de una iglesia local específica no son responsables por el bienestar espiritual de todo individuo que visita la iglesia o que asiste esporádicamente. Más bien, son primordialmente responsables por pastorear a aquellos que se han sometido a sí mismos al cuidado y la autoridad de los ancianos, y esto es llevado a cabo a través de la membresía de la iglesia.
Al mismo tiempo, la Escritura enseña que los creyentes deben de someterse a sus ancianos. Hebreos 13:17 dice, “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos.” La pregunta para el creyente que no es parte de una congregación o que no es miembro es, “¿Quiénes son sus líderes?” El que ha rehusado unirse a una iglesia local y encomendarse al cuidado y la autoridad de los ancianos no tiene líderes. Para esa persona, la obediencia a Hebreos 13:17 es imposible.
Expresado de una manera simple, este versículo implica que todo creyente sabe a quién se debe someter, lo cual, como consecuencia, supone una membresía en la iglesia claramente definida.
La práctica de la disciplina en la iglesia
En Mateo 18:15-17, Jesús delinea la manera en la que la iglesia debe de buscar la restauración de un creyente que ha caído en pecado—un proceso de cuatro pasos conocido como disciplina en la iglesia.
En primer lugar, cuando un hermano peca, debe ser confrontado en privado por un sólo individuo (v. 13). Si rehusa arrepentirse, ese individuo debe de tomar a uno o dos creyentes junto con él para volverlo a confrontar (v. 16). Si el hermanos en pecado rehusa escuchar a los dos o tres, entonces deben decírselo a la iglesia (v. 17). Si aún no hay arrepentimiento, el paso final es sacar a la persona de la asamblea (v. 17; cf. 1 Co. 5:1-13).
La práctica de la disciplina en la iglesia de acuerdo a Mateo 18 y otros pasajes (1 Co. 5:1-13; 1 Ti. 5:20; Tito 3:10-11) presupone que los ancianos de cierta iglesia sepan quiénes son sus miembros.
La exhortación a la edificación mutua
El Nuevo testamento enseña que la iglesia es el cuerpo de Cristo, y que todo miembro del cuerpo es llamado a una vida entregada al crecimiento del cuerpo.
En otras palabras, la Escritura exhorta a todos los creyentes a edificar a los otros miembros al considerar los “unos a otros” del Nuevo Testamento (por ejemplo, He. 10:24-25)
Hebreos 10.24 (RVR60) — 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; y ejercer sus dones espirituales (Ro. 12:6-8; 1 Co. 12;4-7; 1 P. 4:10-11).
Romanos 12.6–8 (RVR60) — 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
La edificación mutua sólo puede llevarse a cabo en el contexto del cuerpo colectivo de Cristo, y las exhortaciones a este tipo de ministerio presuponen que los creyentes se han comprometido con otros creyentes en una asamblea local específica.
La membresía en la iglesia es simplemente la manera formal de hacer ese compromiso.
Conclusión
Vivir un compromiso con una iglesia local involucra muchas responsabilidades:
- ejemplificar un estilo de vida piadoso en la comunidad,
- ejercer los dones espirituales de uno en servicio diligente,
- contribuir financieramente a la obra del ministerio,
- proveer y recibir amonestación con mansedumbre y en amor,
- y participar fielmente en la adoración colectiva.
Se espera mucho, pero mucho está en juego. Ya que sólo cuando todo creyente es fiel a este tipo de compromiso, la iglesia es capaz de vivir de acuerdo a su llamado como la representante de Cristo aquí en la tierra.
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Pacto de membresia 2021 |