Introducción
En nuestros días se han incrementado la cantidad de religiones y grupos que aseguran tener la verdad acerca de Dios y de nuestra vida espiritual. Hay una gran oferta que satisface hasta a la persona más exigente, hay una religión por cada forma de pensar de las personas. Si piensas que todos los caminos llevan a Dios, existe una religión que dice eso. Si quieres pensar que no debes de hacer nada y que vas a ir al cielo, existe un grupo donde puedas acudir. Si piensas que los extraterrestres existen y que son seres superiores a quien debes honra y gloria, existe un grupo donde te puedas reunir. Existe un sin número de religiones que satisfacen cualquier apetito espiritual por más alejado que se encuentre de las escrituras, se le puede encontrar. ¿Cómo podemos entonces estar seguros que estamos adorando al único Dios verdadero? La respuesta es: apegándonos totalmente a lo que Dios nos dice en la Biblia. No a lo que una persona, un líder, un pastor, cura, gurú o quien sea nos dice; sino a lo que Dios nos dice en la Biblia. Desde la iglesia del primer siglo, encontramos que prontamente la gente se aleja de las enseñanzas de Jesucristo y de los apóstoles. Introduciendo a la iglesia ideas desviadas, generadas en sus mentes perversas, inspiradas por Satanás y sus huestes demoniacas. Con la finalidad de conducir al error y a la perdición a las almas. Pablo lo expresó así: Hechos de los Apóstoles 20.29–32 (RVR60) — 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Así que, tenemos la palabra profética más segura, la palabra de Dios. Proposición El día de hoy con la ayuda de Dios, estudiaremos la mala conducta de los falsos maestros, la conducta que los evidencia y que pone al descubierto su actuar y su condición irreverente y blasfema delante de Dios. Veremos cómo sus vidas están llenas de maldad y no se cansan de pecar. Con la finalidad de que podamos darnos cuenta de lo grave que es caer en su liderazgo, de participar de sus malas obras y podamos librarnos de sus garras malignas. Bosquejo: · La mala conducta evidente de los falsos maestros (sus características) o La difamación o La blasfemia o El adulterio o La maldad Texto 2 Pedro 2.10–16 (RVR60) — 10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. 12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, 13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. 14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. 15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Cuerpo La forma de actuar de los falsos maestros es muy evidente, tienen características en común que la Biblia revela para nuestro conocimiento y advertencia. ¿Por qué la gente cae en las iglesias de los falsos maestros? Por la falta de conocimiento de las Escrituras, porque la gente no lee la Biblia, no la estudia, normalmente se deja guiar por lo que dice el pastor o líder que está al frente y es como muchas veces las grandes masas de gente es engañada. Pero gracias a Dios, tenemos la Biblia para alumbrar nuestro camino y enderezar nuestros pasos, para ser librados del juicio venidero que enfrentarán los falsos maestros y sus seguidores. ¿Cómo es la conducta de los falsos maestros, cuáles son sus características (requisitos)? Atrevidos y contumaces 2 Pedro 2:10b …Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. Son atrevidos en el sentido que son temerariamente insolentes. Hay un dicho que dice: “los necios quieren bailar donde los ángeles temen pisar”. Estas personas son osados, descarados y desafiantes, son individuos presuntuosos y engreídos cuya búsqueda en la vida apunta a la auto gratificación y a los placeres físicos. Además son empecinados y obstinados hasta el punto de ser arrogantes. ¿Hasta qué punto son arrogantes? Hasta el punto que no tienen temor de insultar a los ángeles. Son tan temerarios y tan insolentes que no temen de las potestades superiores. Los ángeles fueron creados superiores al hombre en fuerza y capacidades. Con poderes que los hombres no tenemos, no podemos volar, ni subir al cielo y descender a la tierra. Sin embargo, estos hombres son tan atrevidos que no temen insultar a los ángeles. Ahora, ¿cuáles son estos ángeles de los que habla este pasaje, se trata de ángeles caídos o ángeles buenos? En este pasaje existe una dificultad, ya que la palabra griega aquí utilizada es doxa que se traduce como gloria o las glorias. La BLA traduce como las majestades superiores. Sin embargo, aquí la clave es que en el v11 nos dice que los ángeles que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. Angelos (mensajero), que es la palabra utilizada aquí. Dice Pedro, pesar que estos ángeles son superiores en fuerza y potencia que los hombres, no pronuncian juicio de maldición en contra de aquellos que lo merecen, los cuales son los ángeles caídos. Los ángeles buenos, tienen suficiente razón para acusar a aquellos ángeles que alguna vez pertenecieron a su ejército de batalla, pero que han caído y se han apartado de Dios. Sin embargo, estos ángeles fieles a Dios, evitan cuidadosamente presentar acusaciones contra Satanás y sus huestes. Ellos dejan el juicio a Dios. Como leemos en Judas 9: Judas 9 (RVR60) — 9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Peter Davids escribe: Ni el diablo mismo debe ser objeto de insultos. El NT considera dicha burla como una crasa presunción, un orgullo basado en una falsa presunción de conocimiento y poder. John MacArthur escribe al respecto de Judas 9: Esta es la ilustración suprema de cómo los cristianos deben tratar con Satanás y los demonios. Los creyentes no deben ni siquiera dirigirse a ellos, sino solo buscar al Señor y encomendarse a Él para que intervenga con su poder infinito en contra de ellos.[1] Estos falsos maestros y falsos cristianos, en su arrogancia, piensan que son más fuertes que los demonios, que tienen más poder y autoridad sobre ellos, piensan que pueden insultarlos y difamarlos haciendo acusaciones sobre ellos, como cuando dicen que una persona peca porque tiene un demonio de mentira, o de lujuria, o de pobreza. O piensan que pueden atar a un demonio, expulsarlo o pelear contra él. Los ángeles caídos han sido expulsados del cielo por el arcángel Miguel y sus ángeles, y fueron arrojados a la tierra. Apocalipsis 12.7–9 (RVR60) — 7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Así que ahora los demonios tienen su parte en la tierra entre los hombres, y esta gente no se da cuenta del poder y fuerza que Satanás y sus huestes tienen. Estos hombres, con sus acusaciones difamatorias sellan su propia destrucción. ¿Qué hay sobre echar fuera demonios? Marcos 3.13–19 (RVR60) — 13 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. 14 Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, 15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: 16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; 17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; 18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, 19 y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa. 12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, como diciendo Pedro: el hombre no nació para ser cazado, sino para vivir en libertad y tener conocimiento espiritual, pero estos hombres son como bestias del campo que perecerán en su propia perdición. Afirman tener conocimiento, pero hablan maldición de los demonios, los acusan sin tener conocimiento. Se entrometen en el campo espiritual y sobrenatural, siendo como bestias que no razonan. Los falsos maestros serán destruidos, perecerán en su condenación, serán matados, nacidos para presa y destrucción. Judas lo expone de la misma manera: Judas 10 (RVR60) — 10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. Así como muchas personas en nuestros días utilizan el nombre de Dios en vano y el de Cristo, así también utilizan las palabras diablo y maldito en muchas ocasiones de una forma ligera. Y la gente muestra su ignorancia en el tema, particularmente al preguntarles sobre su existencia, poder e influencia. Mucha gente piensa que el clásico dibujo del demonio con sus cuernos, tridente y cola no tiene ningún poder sobre ellos. Todo para ellos es broma y creen que pueden desafiar a Satanás a tentarlos y tienen control sobre sus vidas. No saben que Jesús lo ha llamado el príncipe de este mundo (Jn 12:31) y Juan dice: el mundo entero está bajo el maligno. Y estos falsos maestros no son la excepción. 13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. Recibirán su castigo eterno, es decir, recibirán todo el mal que han sembrado. Como lo dice en Gálatas 6.7 (RVR60) — 7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Ya que se complacen en pecar de día. Son tan descarados y están tan habituados que su pecado es practicado a plena luz de día. Son inmundicias y manchas, lo contrario a lo que Pedro describe de los creyentes 2 Pedro 3.14 (RVR60) — 14 Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Se mezclan con los creyentes y aún disfrutando de la comunión entre los hermanos, disfrutan compartir y difundir sus errores, defendiéndolos y asegurando ser válidos. 14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Son personas que cometen pecados relacionados con la lujuria y a un abuso en la parte sexual. Son como los parranderos que no se sacian de pecar. Siempre están buscando con quien adulterar, están buscando quién será la adúltera que saciará su pecado. Buscar atrapar a las personas que son inconstantes en su fe, cristianos que no crecer espiritualmente, sino que se dejan engañar y son inestables en su fe. Personas que no se ha puesto la armadura de la fe y son presa fácil de diablo y sus huestes. Son hijos de desobediencia, son objetos de la ira de Dios y de condenación eterna. 15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Han dejado el camino recto, es decir, no que hayan sido verdaderos creyentes, si no que conociendo el camino recto, la verdad, se apartan del camino. Estos son los apóstatas que Juan describe en 1 Juan 2.19 (RVR60) — 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pedro indica que estos herejes seguían algún tiempo el camino recto, pero que más tarde lo dejaron. Como consecuencia, ellos ahora vagan en la oscuridad. A diferencia de ellos, los verdaderos creyentes se mantienen firmes en la fe, en la comunión y en la verdad. La prueba más fuerte para un cristiano verdadero es la resistencia, la permanencia. Como lo dice Jesús en Marcos 13.13 (RVR60) — 13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Pedro utiliza una ilustración del falso profeta Balaam, el cual amó el premio de la maldad (Nm 22-24). El rey de Moab pide a Balaam que maldiga al pueblo de Israel, pero influenciado por el Espíritu de Dios fue forzado a bendecirlo. Las semejanzas aquí son claras, Balaam a cambio de dinero, al igual que los falsos maestros, quería destruir al pueblo de Dios, movido por la codicia quiso destruir al pueblo de Dios, quiso tener fama, riqueza y popularidad, al igual que los falsos maestros, amando su premio por su maldad. Sin embargo, al final, recibió su premio o pago por su maldad, los israelitas lo mataron en la batalla contra los madianitas, fue destruido. ¿Por qué Pedro habla sobre el relato del burro? Por varias razones: para comprar la insensibilidad de Balaam con la de los falsos maestros; para demostrar que así como Balaam avanzaba ciegamente a la destrucción, de la misma forma lo hacen los herejes; para revelar cómo Dios intervino divinamente para que Balaam bendijese a Israel en lugar de maldecirlo, y darnos la certidumbre que del mismo modo Dios nos protege ahora. Conclusión Tengamos cuidado, identifiquemos sus características. Crezcamos en el conocimiento de Dios, porque haciendo esto no caeréis jamás. [1] MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Jud 9). Nashville, TN: Thomas Nelson.
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